Welcome to the reality

Una vida entera por conocer

Es un área geográfica situada en el Océano Atlántico en él se puede dibujar un triángulo legendario si unimos con una línea las islas Bermudas, Puerto Rico y Fort Lauderdale. A lo largo de los años se producido informes que detallaban la desaparición misteriosa de navíos, personas y aeroplanos al adentrarse en esta zona cargada de mitos y leyendas. Por ello no es de extrañar que adquiriera el nombre del "Triángulo del Diablo", basado en la superstición de que el mismo Diablo se encontraba oculto allí engullendo a los viajeros cansados y perdidos.

Desde el punto de vista periodístico, la leyenda del triángulo nació de forma oficial el 16 de septiembre de

1950, cuando la Asociación de Prensa Asociada envió al reportero E.V.W. Jones para informar de las misteriosas desapariciones entre la costa de Florida y las Islas Bermudas. Dos años después este artículo sería corroborado por otro de George X. Sand. Si nos centramos en la estadística se puede afirmar que a lo largo del último siglo se ha documentado la desaparición de unas mil personas en el Triángulo. Y aunque no existe ningún testimonio ni indicios sólidos que lleven a pensar sobre civilizaciones extraterrestres en esa zona, a lo largo de los años se han escrito infinidad de artículos, libros, series de televisión, películas...basadas en el misterio del triángulo.

Las primeras menciones a problemas de navegación en esta zona del mundo se remontan a las expediciones de Cristobal Colón. En mucha información de sus viajes habla de los acontecimientos ocurridos en esta zona. Sus primeras dificultade

s se dieron al llegar al Mar de los Sargazos. También resulta curioso que Colón informase de la caída de meteoros, descritos por él mismo como "pelotas luminosas que bajaban desde el cielo". Durante sus viajes por el Mar Caribe también describieron bailes de luces en el horizonte...

Algunos autores, discrepando de las teorías de los extraterrestres, opinan que en la zona del Triángulo de las Bermudas se encuentra alojada la mítica ciudad perdida de la Atlántida, aunque nunca se han extraído evidencias que lo demuestren.

Este es otro lugar místico e inolvidable que visitar, por eso lo añado a nuestra guía del viajero. Eso sí, éste lugar es solo para los viajeros más osados, ya que aún no se puede explicar porque desaparecen los barcos que por allí ondean.


Historia


Las primeras menciones y su nombre


Cristóbal Colón mencionó el avistamiento de animales extraños cerca de los limites del triángulo, e incluso hizo recorridos por el triángulo de las Bermudas. En un momento dado informó que él y su tripulación observaron "extrañas luces danzantes en el horizonte"

La 1ª mención documentada acerca de desapariciones en el área se hizo en 1951 por E.V.W. Jones como

periodista en el servicio de Prensa Asociada respecto a algunos barcos perdidos. El artículo de Jones notó la "misteriosa des

aparición" de barcos, aviones y pequeños botes en la región y le dio el nombre de "Triángulo del Diablo". Posteriormente fue mencionado en 1952 en un artículo de Revista de Destino por George X. Sand, quien subrayó varias "extrañas desapariciones marinas". En 1964, Vincent Geddis se refirió al área como "El Mortal Triángulo de las Bermudas", después de esto el nombre "Triángulo de las Bermudas" se hizo común.


Respuestas racionales


El mito del Triángulo de las Bermudas fue una invención de

Las desapariciones dentro de la zona, ya que si bien la zona es una de las que más tráfico aéreo y marítimo registran, la frecuencia de los accidentes es proporcionalmente muy baja, en comparación con otros puntos del globo. La aseguradora marina Lloyd de Londres ha determinado que el triángulo no es más peligroso que cualquier otra área del océano, y no cobra tarifas adicionales por el paso a través de esta región. Los archivos de la Guardia Costera confirman su conclusión. De hecho, el número de supuestas desapariciones es relativamente insignificante considerado el número de naves y aviones que pasan regularmente a través del triángulo.

Aunque ya existía el precedente de Gaddis, tal como se ha explicado, la tasa de accidentalidad de la zona, no ofrecían casos suficientes de desapariciones que pudiera incluír en su libro y que tuvieran algún punto no resuelto en la aclaración del accidente. Por este motivo, Berlitz recurrió a diversas estratagemas para hinchar su obra.

Varios de los barcos que Berlitz usó no se encontraban en ese enclave geográfico. Es el caso del Mary Celeste, que se hundió entre las Azores y la Península Iberica. El Freya también lo sitúa en las Bermudas, pero desaparece en el Pacífico, así como el Raifuku Maru, que desapareció en el Atlántico Norte.

Tambíen hay desaparaciones que no son tales, como las del caso de los buques de guerra Proteus y el Nereus (1941) que esta constatado que se hundieron en acciones bélicas. Para el hundimiento del Rubicon, Berlitz mintió afirmando que desapareció en circustancias de clima normal cuando está comprobado que hubo una fuerte tormenta en la zona. En otras ocasiones, recurrió a escribir sobre barcos fictícios, como el Stavenger.

Además el tríangulo de las Bermudas en una de las zonas con más tráfico aereo y naval de todo el mundo y con incidencias climáticas como tormentas y huracanes, cosa que hace muy factible y explicable la cantidad de naves hundidas, sobre todo antes de la invención de los sistemas de navegación actuales. Estos han desbaratado la invención de Berlitz, ya que no se ha vuelto a registrar un caso de aeronave desaparecida en una de las zonas con más tráfico aéreo del mundo.



0 comentarios:

Publicar un comentario